sábado, 4 de agosto de 2012

Chapter 2. Héroe

Chapter 2. Héroe.


Amy estaba pasmada ante la entrada de la discoteca. El portero las miraba a través de sus enormes gafas de sol negras. 

Claire era una vieja amiga del portero y,las dejó pasar amablemente.


Entraron a la discoteca. Las luces cegaron a Amy. Se tambaleaba un poco al caminar con los tacones. No estaba acostumbrada a andar con ellos. 


Varios chicos habían intentado sacar a bailar a Amy. Pero, ella se negaba.


-¡Vamos, Amy no seas tan seria! Suéltate un poco.-Dijo Claire mientras se dirigía hacia la barra.
-Es que todos son unos cerdos babosos.
-¡¿Qué?! ¡La música está muy alta!
-Dios... Lo que tú digas.-Dijo mientras se pedía un mojito.
-Oh, ¡Amy! ¡Mira hacia allí! ¡Es mi querido Kenny!-Dijo Claire señalando como una loca hacia el chico de sus ojos.
-Corre, ve a hablar con él.
-¿Y tú? ¿Estarás bien?
-Sí, ya soy mayorcita.


Sin pensárselo dos veces Claire salió corriendo hacia donde estaba aquel guapo ejecutivo que le había hechizado el corazón.


Amy ya llevaba dos o tres mojitos cuando una cara conocida se sentó junto a ella.


-Vaya, vaya. Que coincidencia. 


Amy giró la cabeza para comprobar de quién se trataba. Era el chico de los ojos grises de esta mañana.


-Oh, eres tú.-Dijo Amy desanimada.
-No eres muy simpática.
-Qué sabrás tú.-Dijo Amy en un tono muy borde.
-Chica, si sigues así jamás encontrarás pareja.
-Déjame en paz. Eso es lo que quiero, no encontrar pareja.
-Eres muy rara.-El misterioso joven se encogió de hombros y se marchó lejos de donde se encontraba Amy.


Amy giró la cabeza y vio a su amiga Claire bailando con aquel hombre que Claire deseaba tanto.


Amy se acercó a ellos y le tiró del pelo a Claire, haciendo notar su presencia para que Claire le prestara un poco de atención.


-Claire, me voy ya. Esto no es para mí. 
-Las calles a estas horas son peligrosas.
-Se defenderme.-Dijo Amy con una sonrisa.


Amy salió de la discoteca. Hacía una fresca brisa otoñal. Pero, no hacía mucho frío. 


La luna alumbraba su camino.


Tarareaba una canción de un amor imposible que, le daba un aire tétrico. 


Un escalofrío recorrió su cuerpo. ¿Qué había pasado?


Una misteriosa figura apareció frente a Amy. Dedujo que era un hombre. Su voz era ronca y grave.


-¡Dame todo lo que lleves encima!-Dijo ese extraño amenazando a Amy con un cuchillo muy afilado.


El hombre tomó a Amy por el cuello. Comprobó que no llevaba nada encima así que, decidió poner fin a su vida.


Empuñó el cuchillo como un caballero con su espada. Pero, algo o alguien le agarró el brazo.


-Déjala.-Amy no pudo ver con claridad quién era su héroe.
-¿Qué me vas a hacer?


El héroe, empujó bruscamente a Amy hacia un lado, sacándola de las garras de ese hombre y le dio un puñetazo a ese malhechor. 


Amy temblaba. Tal vez fuese por el frío o porque casi pierde la vida. Se podía decir que había estado bailando con la muerte. Por unos segundos, creyó que no volvería a ver a sus seres queridos.

El héroe se dispuso a marcharse pero, Amy se levantó rápidamente junto a él. El joven se dio la vuelta y Amy pudo ver quién era.


-De nada.-Dijo con una sonrisa pícara.


Amy se quedó allí, plantada. Había tratado mal al hombre que le había salvado la vida. Aunque ella no sabía las vueltas que podía dar la vida. 


El joven desapareció entre las frías calles de Chicago.


Amy se cruzó de brazos y caminó hacia su casa. No le pasó nada. 

Subió a su habitación y se tiró de espaldas a su cama. Se quitó los zapatos y el vestido sin ganas.


Colgó el vestido de una percha y dejó los zapatos a un lado.


Se puso un corto camisón de lencería y se volvió a tirar en su cama.

Se zambulló en un profundo sueño.


                  
                   Continuará

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