jueves, 9 de agosto de 2012

Chapter 5. De copas

Ya habían pasado dos semanas desde que Amy había logrado olvidar a John completamente y pensó que era hora de pasar página. 


Sentía la necesidad de cambiar de aires. Quería dar la impresión de que no era una chica buena e inocente. Estaba harta de que le tomasen el pelo.


Olvidar a John, era lo mejor que había hecho en estas semanas. 


Era domingo, se oía el canto de los pájaros en las ramas de los árboles.

Llamaron a la puerta. Amy abrió y, para su sorpresa era Claire. Estaba cargada con muchísimas bolsas de diferentes tiendas. Se las entregó todas a Amy y se recostó sobre el sofá más próximo a ella. Amy estaba cargada por todas las compras de su amiga y, acabó dejándolas a un lado.

-Claire... ¿Qué demonios es todo esto?
-Pues ropa.
-Toda esta ropa... ¿es tuya?
-No. Para ti y para mí. No encontraba alguna talla para mí  y te las traje.
-Ah, gracias. Que detalle.
-Esta noche vamos a salir.
-Por mí, vale.


Claire se levantó incrédula.

-¿Quién eres tú y que has hecho con Amy?-Bromeó.
-Jaja. No seas tonta. Vamos a arreglarnos.
-¡Así me gusta!-Dijo Claire revolviéndole el pelo a Amy.

Amy rió. Claire sacó varios vestidos. Y, encontraron uno precioso para Amy. Era corto, de color azul marino. También unos zapatos azules oscuros. Claire, tenía un vestido ceñido de color violeta y unos tacones negros. 

Ambas se habían maquillado los ojos y labios iguales. Amy, se había recogido el pelo en una cola alta muy elegante, mientras que Claire se había hecho una media cola. 

Las dos salieron del edificio a las 8:20 PM. Entraron al local. Estaba muy lleno.

Claire, vio al empresario que amaba con locura y fue tras él. Amy, se limitó a sentarse en el bar y pedirse unas copas.
Ya llevaba como dos copas cuando vio a alguien conocido. Skygge, sintió el impulso de ir a hablar con él. Estaba solo, en un extremo de la barra. Amy se levantó y se acercó a él.

-Hola, Skygge. ¿Me recuerdas?
-Otra vez tú. -Dijo mientras miraba hacia otro lado y se tomaba una copa. 
-No seas tan borde conmigo.-Dijo Amy sentándose a su lado.
-Hago lo que quiero.
-Por favor, lo mínimo que puedo hacer es ser tu amiga porque, me has salvado la vida.
-No tiene importancia.
-Skygge... Por favor.
-Si bailo contigo un rato, ¿me dejas en paz?
-No quiero bailar contigo. Sólo quiero devolverte el favor.


Skygge agarró fuertemente del brazo a Amy y la arrastró a la pista de baile. Amy no comprendía nada pero, bailó con él. 

Ya era hora de cerrar, Claire no estaba Amy supuso que se había ido a casa de aquel hombre.

Amy y Skygge salieron de la puerta juntos.

-¿Quieres que te acompañe hasta tu casa?-Dijo de mala gana Skygge.
-Si no es una molestia...
-Lo es pero, no quiero que otra vez te intenten matar o te pase algo y me des la lata de nuevo.
-Si te molesto, me voy sola.-Dijo Amy ofendida.


Amy se separó del lado de Skygge y caminó por su cuenta. Para su sorpresa, Skygge la seguía. Amy caminaba distraída cuando, casi se cae dentro de un agujero enorme que estaban arreglando en la acera. Skygge la agarró del brazo antes de que cayera y pudiese hacerse daño.

-¿Qué te había dicho?


Amy se mostró indignada y le hizo un gesto como queriendo decir que la acompañase a su casa.

Hacía frío, Amy titiritaba. Skygge se quitó su chaqueta negra y se la puso a Amy por encima.

-No la necesito.-Dijo Amy entregándosela. 
-Cállate y ponte la chaqueta.-Dijo Skygge enfadándose.


Amy, debía reconocer que esa chaqueta le había hecho entrar en calor. El camino, transcurrió en silencio. Llegaron a casa de Amy. Ella le entregó la chaqueta a Skygge y él, metió sus manos en los bolsillos de la chaqueta y se fue.




                        Continuará





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